En el campo educativo asistimos a un giro afectivo que consiste en la confirmación de la inscripción de las emociones y los sentimientos como categorías interpretativas para poder acceder al corazón de las prácticas pedagógicas. La escuela representa un espacio simbólico de esperanza para concretar el derecho de las infancias y juventudes a ser cuidadas, amadas y protegidas. Este libro reúne contribuciones teóricas y empíricas desarrolladas en el marco del Programa de Investigación sobre “Transformaciones sociales, subjetividad y procesos educativos” que invitan a pensar sobre la cuestión de la afectación subjetiva en tiempos de dolor social. Educar la mirada en la sensibilidad hacia los demás y encontrar tramas vinculares de reparación constituye un imperativo ético-político de época.